domingo, 2 de abril de 2017

Cuentos de la familia.

La familia feliz

La familia feliz

Había una vez una vieja casa construida junto a un frondoso bosque. Sus habitantes comían muchos caracoles, porque les encantaban. Pero llegó un día en el que se acabaron, y tuvieron que dejar de comerlos. 

Lo que sí que había en el bosque eran muchos lampazos, las plantas que comían los caracoles. Y como no había caracoles para comerlas, estas plantas estaban invadiéndolo todo.

Pero no todos los caracoles se habían extinguido. Todavía quedaban dos caracoles blancos, la especie más noble de todos los caracoles. Eran muy viejos y habían permanecido bien escondidos, lejos de la casa en la que se comían a sus amigos, primos y hermanos.

Un día, los viejos caracoles blancos encontraron un pequeño caracol común perdido, y lo adoptaron con si fuera hijo suyo, porque ellos no tenían a nadie más y se hacían mayores. Pero el pequeño caracol no crecía. Al fin y al cabo, no era más que un simple caracol ordinario.

Un día, la mamá caracola creyó observar que su pequeño se desarrollaba, y le pidió a papá caracol que se fijara bien, a ver qué le parecía. El papá caracol confirmó que, efectivamente, el pequeñín empezaba a crecer.

Un día se puso a llover con fuerza.

-Escucha el rampataplán de la lluvia sobre los lampazos -dijo el viejo caracol.

-Fíjate en las gotas de lluvia -observó la madre caracola-. Mira cómo bajan por el tallo y lo mojan. Suerte que tenemos nuestra buena casa, y que el pequeño tiene también la suya. La naturaleza nos han tratado a nosotros, los caracoles, mejor que a los demás seres vivos, porque tenemos una casa desde que nacemos, y para nosotros plantaron un bosque de lampazos. Me gustaría saber hasta dónde se extiende.

-No hay nada fuera de aquí -respondió el padre caracol-. Mejor que esto no puede haber nada.

-Pues a mí me gustaría ver la casa vieja que hay más allá -dijo la vieja caracola-. Todos nuestros antepasados pasaron por allí, así que debe ser algo excepcional.

-Tal vez la casa esté destruida -dijo el caracol padre-, o quizás el bosque de lampazos la haya cubierto.

-No seas tan negativo-dijo la madre-. ¿No crees que si nos adentrásemos en el bosque de lampazos encontraríamos a alguno de nuestra especie? Nuestro pequeño necesitará una compañera.

-Seguramente habrá por allí caracoles negros -dijo el viejo caracol-, caracoles negros sin cáscara, que son ordinarios y orgullosos. Podríamos encargarlo a las hormigas, que siempre corren de un lado para otro, como si tuviesen mucho que hacer. Seguramente encontrarían una compañera para nuestro pequeño.

-Yo conozco a la más hermosa de todas -dijo una de las hormigas-, pero me temo que no haya nada que hacer, pues se trata de una reina.

-¿Y eso qué importa? -dijeron los viejos-. ¿Tiene una casa?

-Tiene un palacio -exclamó la hormiga-, un bellísimo palacio hormiguero.

-Muchas gracias -dijo la madre caracola-. Nuestro hijo no va a ir a un nido de hormigas. Si no tenéis otra cosa mejor, hablaremos con los mosquitos blancos, que vuelan a mucha mayor distancia, tanto si llueve como si hace sol, y conocen el bosque de lampazos por dentro y por fuera.

La familia feliz-¡Tenemos esposa para él! -exclamaron los mosquitos-. Allí cerca, en un zarzal, vive una caracolita con casa. Es muy pequeñita, pero tiene la edad suficiente para casarse. Está a cien pasos de hombre de aquí.

-Muy bien, pues que venga -dijeron los viejos-. Nuestro pequeño posee un bosque de lampazos, y ella, sólo un zarzal.

Y enviaron un recado a la señorita caracola, que necesitó ocho días para hacer el viaje. Y se celebró la boda. La pareja recibió como regalo la herencia de todo el bosque de lampazos.

Cuando acabó la fiesta, los viejos caracoles se metieron en sus casas y se quedaron dormidos para siempre. La joven pareja reinó en el bosque de lampazos. Tuvieron muchos hijos, a los que enseñaron prudencia para no ir más allá de sus dominios y así librarse de ser comidos por los habitantes de la casa.

Y allí vivieron felices para siempre, rodeados de todo lo que necesitaban para vivir.
Edades:

Todas las edades

Camila y su gatita


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Érase una vez una niña llamada Camila que tenía una gatita, Lillly, de la que nunca se separaba. Vivía con su familia en una casa en medio del bosque, y era muy feliz.

Una mañana, la pequeña se despertó, como siempre, y se frotó los ojos. La luz entraba por la ventana y Lilly dormía sobre la alfombra. Camila escucho la voz de su mamá en la cocina. Llena de curiosidad, se acerco a la puerta y se puso a escuchar.
-No puede estar siempre en casa con nosotros; ya es mayor y se tiene que ir...
Al oír estas palabras, la niña empezó a sentir frío y a temblar. Pensó con lágrimas en los ojos:
-Mis padres ya no me quieren. Van a enviarme lejos de casa. Pero no es verdad que ya sea mayor. ¿Qué voy hacer sin mi hatita y sin ellos?
Tenía mucho miedo, pero consiguió tomar un decisión.
-Me iré yo, ¡Me iré lejos y nunca más volveré!
Se vistió deprisa, cogió a Lilly en brazos y salió corriendo. Corrió más deprisa que el viento, mientras la gatita maullaba de miedo. Tras varias horas de camino, llegó a un gran prado lleno de flores y se refugió en una cabaña de madera. Aunque no encontró a nadie, había una cama, una colcha y muchas cosas ricas para comer.
-El hada azul habrá preparado esta casa- Pensó
-Ahora me voy a dormir y mañana ya pensaré que hacer. Una cosa es segura: ¡nunca más volveré con mis padres, porque no me quieren!
Y entre sollozos se durmió. Cuando abrió los ojos, Camila vio a sus papás. La miraban asustados, y su madre había llorado.
-¿Por qué te has escapado, pequeña mía?- Le preguntó su papá.
-¡Os he oído! Habéis dicho que ya era lo bastante mayor para irme...- gritó la niña entre lágrimas.
Entonces su mamá la cogió en brazos y le dijo:
-¿Qué has entendido, Camila? Hablabamos de la gatita. Siempre está contigo y no ha salido de la casa desde que nació. Queríamos que jugase y corriese por el jardín.
Todo se aclaró: sus papás la querían, como siempre habían hecho. ¡Qué tonta había sido por haber dudado de ellos! Camila volvió a casa y nunca más se marcho.

Lo que dijo toda la Familia - Hans Christian Andersen

Lo que dijo toda la Familia

¿Qué dijo toda la familia?
Veamos primero lo que dijo María.
Era su cumpleaños, el día más hermoso de todos, según ella. Llevaba su mejor vestido, regalo de la abuelita, que lo había hecho con sus propias manos. La mesa de la habitación de María estaba llena de regalos: libros, juguetes y una muñeca que decía "¡Ay!" cuando se le apretaba la barriga. A María le encantaba celebrar su cumpleaños.
-¡Qué bonito es vivir!- dijo. Y el padrino añadió que la vida era el más bello cuento de hadas.
En la habitación de al lado estaban sus hermanos, dos niños de nueve y once años respectivamente. Pensaban también que la vida era muy hermosa, aunque quizá la imaginaban de forma distinta que María. Uno de los muchachos tenía una preocupación: que todo estuviera ya descubierto cuando fuera mayor; quería ir en busca de aventuras, como en los cuentos.
-La vida es el más hermoso cuento de hadas- había dicho el padrino-, y uno interviene en él personalmente.
En el piso de arriba vivía otra rama de la familia, también con hijos pero ya mayores. Uno de ellos tenía diecisiete años, el otro veinte y el tercero era muy viejo, según decía María, pues ya había cumplido los veintiocho.
El padre y la madre, los dos de edad avanzada, decían con una sonrisa en los labios, en los ojos y el corazón:

-Qué jóvenes son los jóvenes! En el mundo no todo marcha como ellos creen, pero marcha. La vida es un cuento extraño y magnífico.
Arriba, en la buhardilla, vivía el padrino. Era viejo, pero tenía el corazón joven; siempre estaba de buen humor y contaba unas historias muy bonitas y muy largas. Siempre olía allí a flores, incluso en invierno, y en la chimenea ardía un gran fuego.
Los ojos del padrino brillaban de alegría.
-A medida que uno se vuelve viejo- le decía a María-, ve mejor la felicidad y la desgracia, ve que la vida es el más hermoso cuento de hadas.
El padrino tenía razón. Y también tenían razón los demás miembros de la familia. Cada uno ve la vida desde su prisma personal, y este depende mucho de la edad. Por eso una familia es también una escuela de vida, el lugar donde pueden compararse los diferentes puntos de vista de personas de muy distintas edades. Cada etapa tiene su belleza, y -del mismo modo que la primavera es más alegre porque existe el invierno-, la juventud y la niñez destacan allí donde conviven con la plenitud de la madurez y el sosiego de los viejos.

Las tres Marías, cuento infantil sobre la familia

Cuentos tradicionales y entretenidos para fomentar la lectura

Cuento de las tres marías
Sentada en el corredor de la casa,Carmen Palacios observa a sus tres hijas jugar con las muñecas...
La mayor de cuatro años es María Luisa siempre callada y muy ordenada, la segunda es María Victoria, extrovertida y con una sonrisa a flor de labios y por último esta María Magdalena pensativa y calculadora: la más inteligente de todas.
Aquellas niñas eran la alegría de la casa tal y como lo expresaba con orgullo Luis Aristimuño, el padre de las menores y quien al regresar del trabajo acostumbraba pararse en la puerta y a plena voz preguntaba:

-¿Dónde esta María.....?. Y ellas corrían a su encuentro ya que siempre les traía regalos en sus bolsillos.
Los amiguitos del colegio las llamaban cariñosamente las tres Marías, ya que siempre se les veía juntas en todas partes.
Estas inseparables hermanas acordaron un día hacer un pacto o juramento el cual cumplirían cuando fueran grandes y se casaran, les pondrían el nombre de María a sus hijas para mantener la tradición.
Con el transcurrir de los años la primera de las hermanas que se caso fue María Luisa y al tener a su hija le puso por nombre María Esperanza.

La mejor familia del mundo .Susana López Rubio.
 Una bonita mañana de mayo a Carlota le dijeron que una familia la había adoptado. La niña cruzó los dedos y pidió un deseo: “Espero que sea la mejor familia del mundo”
 La mejor familia del mundo es  libro que transmite ternura y un mensaje importante: no es necesario ser astronauta, pirata o domador de tigres para ser “el mejor papá del mundo”. El valor de la familia y el amor está presente en las líneas de este cuento.

Ver en : https://www.youtube.com/



Choco encuentra una mamá. Keiko Kasza.
Esta es la  historia de Choco, un pajarito que busca por todas partes a su mamá.  Al principio de la historia Choco busca a su mamá en animales que tienen características parecidas a las de él.  Por ejemplo le pregunta a la Morsa si es su mamá porque tiene los cachetes grandes e hinchados como él.  Uno por uno, cada animal le rechaza por que no tienen más características en común.
Cierto día, cuenta la historia que ya Choco no podía más con su desgracia.  Entonces comienza a llorar y a conversar consigo mismo.  La señora oso lo escucha y lo toma en sus brazos.  Esta lista para amarlo y para llevarlo a su casa en donde , una variedad de animales (un cocodrilo, un hipopótamo y un cerdito) esperan y juntos forman una hermosa familia con mamá oso.
Ver vídeo: https://www.youtube.com/
Ver presentación: http://es.slideshare.net/

Paula tiene dos mamás. Lesléla Newman.
Todas las personas son iguales y a la vez muy diferentes. A las familias les ocurre algo parecido, hay familias con una mamá y un papá, otras sólo con un papá o con una mamá. Este libro cuenta la historia de Paula que tiene dos mamás y en la que aprende que lo único verdaderamente importante es el cariño.

Ver en http://issuu.com/





(Un cuento sobre una familia sin papá).
Cuando se tiene la madre más lista, más guapa, más deportista, más fuerte pero no se tiene un papá, conviene buscar uno pero que sea adecuado. Lo mejor sería que tuviera las virtudes de mamá aunque si no es fuerte, ni sabe hacer cálculos mentales, es bajito y no muy guapo pero sabe muchas poesías, le gustan los animales y es cariñoso, conviene quedárselo.
Ver en: https://www.youtube.com/watch?v=Qat_TVaL14U

La familia Delasoga.Graciela Montes.
Esta familia quiere estar tan pero tan unida que sus miembros están atados con sogas los unos a los otros. Es lindo estar ligados a papá y mamá, a los hermanitos, pero trae muchas dificultades prácticas a la hora de desplazarse. Y a veces se quiere dar un paseíto independiente. La solución es darse cuenta de cuál es la verdadera unión.
Ver texto en:
 http://colorincolorado22.blogspot.com.ar/
Adaptación para representar:
 http://www.webselah.com/la-familia-de-la-soga



Mariana y Julián están jugando a las familias. Juegan a las familias que tienen muchos hijitos, como la de Pablo; a la de chicos que tienen papás adoptivos, como Bruno; a la de Carla, que tiene dos casas porque sus padres están separados... ¡Es que hay tantos tipos de familias! En cada casa se vive de manera diferente, hay problemas y momentos de diversión, pero sobre todo hay mucho amor para compartir.

Ver presentación en : http://es.slideshare.net/

1 comentario:

  1. Muchas gracias al blog y a Rosa Alejandra Muller Moreno. Quiero aprovechar la ocasión para aclarar que el cuento infantil [Las tres Marias] es autoria del escritor Venezolano Manuel Ibarra.
    Atte. Escritor. Manuel Ibarra. Caracas/Venezuela. 12/10/2017.

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