domingo, 2 de abril de 2017

Cuentos de los animales del mar.

El cuento de La Sirenita

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En el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellísimas sirenas. La más joven, la Sirenita, además de ser la más hermosa, poseía una voz maravillosa.
Cuando cantaba, todos los habitantes del fondo del mar acudían para escucharla. Además de cantar, Sirenita soñaba con salir a la superficie para ver el cielo y conocer el mundo de los hombres, como lo relataban sus hermanas.
Pero su padre le decía que solo cuando cumpliera los 15 años tendría su permiso para hacerlo. Pasados los años, finalmente llegaron el cumpleaños y el regalo tan deseados.
Sirenita por fin pudo salir a respirar el aire y ver el cielo, después de oír los consejos de su padre: 'Recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo. Somos hijos del mar. Sé prudente y no te acerques a los hombres'.
Y al emergerse del agua Sirenita se quedó de boca abierta. Todo era nuevo para ella. Y todo era hermoso, ¡fascinante! Sirenita era feliz. Pasados unos minutos, Sirenita pudo observar, con asombro, que un barco se acercaba y paraba. Se puso a escuchar voces. Y pensó en lo cuanto le gustaría hablar con ellos.
Pero miró a su larga cola y comprendió que eso era imposible. Continuó mirando al barco. A bordo había una gran fiesta de aniversario. El capitán del barco cumplía veinte años de edad.
Sirenita se quedó atónita al ver el joven. Era alto, moreno, de porte real, y sonreía feliz. La Sirenita sintió una extraña sensación de alegría y sufrimiento a la vez.
Algo que jamás había sentido en su corazón. La fiesta seguía hasta que repentinamente un viento fuerte agitó las olas, sacudiendo y posteriormente volcando el barco. Sirenita vio como el joven capitán caía al mar.
Nadó lo que pudo para socorrerlo, hasta que le tuvo en sus brazos. El joven estaba inconsciente, pero Sirenita nadó lo que pudo para llevarlo hasta tierra. Depositó el cuerpo del joven sobre la arena de la playa y estuvo frotando sus manos intentando despertarlo.
Pero un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a refugiarse en el mar. Desde el mar, vio como el joven recobraba el conocimiento y agradecía, equivocadamente, a una joven dama por haberle salvado la vida.
Sirenita volvió a la mansión paterna y les contó toda su experiencia. Después pasó días llorando en su habitación. Se había enamorado del joven capitán pero sentía que jamás podría estar con él.
Días después, Sirenita acudió desesperada a la casa de la Hechicera de los Abismos. Quería deshacerse de su cola de pez a cualquier precio. E hicieron un trato: Sirenita tendría dos piernas a cambio de regalar su hermosa voz a la hechicera que le advirtió: "Si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola".
Asintiendo a las condiciones de la hechicera, Sirenita bebió la pócima mágica e inmediatamente perdió el conocimiento. Cuando despertó se encontraba tendida en la arena de la playa, y a su lado estaba el joven capitán que intentaba ayudarla a levantarse. Y le dijo: "te llevaré al castillo y te curaré".
Durante los días siguientes, Sirenita pasó a vestirse como una dama, y acompañaba al príncipe en sus paseos. Era invitada a los bailes de la corte pero como no podía hablar, no podía explicar al príncipe lo que había sucedido en la noche que le salvó.
El príncipe no paraba de pensar en la dama que pensaba haber salvado su vida y Sirenita se daba cuenta de eso. Pero el destino le reservaba otra sorpresa.
Un día, avistaron un gran barco que se acercaba al puerto. El barco traía una desconocida que enseguida llamó la atención del príncipe. Sirenita sintió un agudo dolor en su corazón, y sintió que perdería a su príncipe para siempre.
El príncipe quedó prendado de la joven desconocida, que no era otra que la bruja disfrazada, y al haberle robado su voz, el príncipe creyó que era su salvadora y se enamoró de ella. 
Le pidió matrimonio, y para celebrarlo fueron invitados a hacer un gran viaje por mar al día siguiente, acompañados también por la Sirenita. Al caer la noche, Sirenita, recordando el acuerdo que había hecho con la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar, hasta que escuchó la llamada de sus hermanas.
- ¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas!. Escucha con atención, hay una forma de romper el hechizo y recuperar la voz que la bruja te ha robado. Si besas al príncipe conseguirás que se enamore de ti y se rompa el encantamiento.
La Sirenita corrió y corrió hasta el gran salón donde iba a comenzar la ceremonia de boda. Se lanzó a los brazos del príncipe y le besó, dejando a todos boquiabiertos. 
La hechicera recuperó su desagradable voz y aspecto, y la Sirenita pudo explicar lo que había ocurrido realmente. La bruja fue encerrada en el calabozo, y el príncipe se disculpó con la Sirenita.
Esa misma tarde se celebrño la boda entre la Sirenita y el príncipe, y todos cantaron para celebrar su amor.

Las estrellas de mar.

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Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; en una enorme playa virgen, donde tenía una casita y pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven que estaba haciendo. Este le contestó:
- Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán.
Dijo entonces el escritor:
- Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas.
 El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó:
- Para ésta… sí tiene sentido.
El escritor se marchó un tanto desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas.
Toño y la sirenita

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Pensando en lo que había encontrado, se sentó a descansar en una piedra que salía del mar. De pronto oyó una voz a sus espaldas, y al volverse vio la sonrisa de una hermosa niña que le dijo:
- Veo que has encontrado mi flor de cristal. La había perdido y estaba disgustada, ya que todas las sirenas tenemos una que nos regaló nuestro Rey, Neptuno.
Entonces Toño se dio cuenta de que era una sirena, y le dijo:
- Yo quería regalársela a mi madre…
La sirena le contestó:
- Yo puedo traerte del fondo del mar un buen regalo para tu madre si me das mi orquídea. Toño se la dio sin pensarlo dos veces y la sirena, con una gran sonrisa, la cogió y nadó hacia el fondo del mar.
El niño pensó, 'igual ya no vuelve pero, claro, si la flor es de ella no podré quitársela'.
Terminaba de pensar en esto cuando salió la sirena sosteniendo una gran ostra, ¡era una ostra! La sirena le dijo:
- Cuando tu madre la abra, verás como le gustará. Quizá sería bueno que la sirena se sumergiera y entonces
Toño abriría la ostra y encontraría la perla.
Se dieron las gracias mutuamente. La sirena se sumergió en el mar y Toño se fue, imaginando la cara que pondría su madre cuando le contara su aventura y, mejor aún, la que pondría al recibir la sorpresa tan bonita que le iba a dar. ¡Estaba feliz!

En el fondo del mar
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Había una vez dos sirenas que se llamaban Julieta y Candelaria, ellas vivían muy felices en el mar comiendo caracoles de mar.
Un día vino una tiburona y les hizo una trampa con muchos caracoles de mar, intentó engañarlas. Entonces las sirenas se dieron cuenta de que les habían preparado una red y se fueron muy muy lejos, a un lugar donde la tiburona no las pudiera encontrar.


El Delfín Saltarín

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Cuentan que en el inmenso mar que rodea una lejana isla tropical,

En sus calidas aguas, habita un peculiar personaje
Al que la gente del lugar  lo conoce como  “el delfín saltarín”
Pero nadie sabe que ese hermoso delfín tiene un nombre, porque
Una Tortuga bonita lo llama “Gael” y ella lo cuida y juega con el.

“Gael el delfín saltarín” sale todas las tardes a la superficie del mar y recorre

la isla con singulares movimientos  lanzando  pequeños gritos para llamar
la atención, la gente lo ve y se mete al agua para jugar con el, a Gael no
le dan miedo las personas, por el contrario le encanta acercarse y  que
lo acaricien, su pasatiempo favorito llega cada domingo porque
las familias van a la playa y los niños se meten al mar, entonces le gritan
y aplauden, Gael esta esperando ansioso en el fondo del mar oír
que sus amiguitos ya están listos para jugar, nada velozmente y da unos enormes
saltos girando y haciendo ruidos con su voz, no existe nada mejor para el
que divertirse con sus amiguitos.

Un día la fama de Gael llego a oídos de gente mala, que fue a la isla para

Atraparlo, pues querían llevarlo a un circo acuático en la gran ciudad,
muchas lanchas invadieron el mar y cuando gael salio a la superficie
Pensando que eran sus amiguitos, zas!!! Quedo atrapado en una fea y gruesa
Red que no lo dejaba moverse, Gael pidió auxilio con su voz aguda… y en
El fondo del mar la “Tortuga bonita” oyó los gritos desesperados y le aviso
Rápidamente al “Rey Tiburón” un gran escualo, musculoso y con gran poder
En sus mandíbulas con las que rasgo la red para liberar al delfín. Juntos los tres
Gael, Tortuga y el rey tiburón se escondieron en un remanso lejos de la isla.
La gente de la isla ya no veía al delfín saltarín, los niños estaban tristes porque
Ya no tenían a su amigo para jugar.

Una gaviota llamada “Ga” oyó todo lo que la gente decía y fue a contarle a la tortuga

Bonita, entonces en reunión familiar hablo el rey tiburón le dijo a gael, hijo
No toda la gente es mala, entiendo que tienes miedo por lo que paso, pero
Piensa en tus amiguitos que están tristes, ¿recuerdas cuanto te gustaba jugar con ellos?
Gael recordó todas las tardes agradables y divertidas que pasaba con los niños,
“Tortuga bonita” le dijo, pequeño delfín tu has venido al mundo para
alegrar con tus saltos a los niños!!!  Tu encanto y alegría hacen que las personas
sean mejores cuando están cerca de ti, hijito ¿no quieres ir a jugar con tus
amiguitos? Siii grito Gael!! Vamos a la isla por favor, por favor, ¿podemos  ir?

Era un domingo triste, hasta el cielo estaba medio nublado, aun así las familias

Se reunían en la playa, de repente!! Gael dio un gran salto con dos piruetas por el aire
Y cayo estrepitosamente en el agua lanzando gritos con su voz!!! Miren miren
Ha vuelto el “delfín saltarín”! gritaban los niños alzando sus brazos y aplaudiendo
Se metieron al mar y haciendo un gran circulo rodearon a Gael y le decían….no dejaremos
Que nadie te haga daño, eres nuestro mejor amigo y te queremos mucho!! Por favor
No te vuelvas a esconder!, a lo lejos tortuga bonita y el rey tiburón veían complacidos
La escena, en el cielo el sol brillo nuevamente y sus rayos bañaban de alegría y felicidad
A las familias en la playa.
Gael el delfín saltarín aun suele aparecer todos los días, en la isla todo mundo habla de el
Y los niños esperan ansiosos el domingo para reunirse con su mejor amigo y jugar.

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