domingo, 2 de abril de 2017

Fabulas de los animales del mar.

La estrellita de mar.

estrella
Los peces del océano admiraban la belleza de Estrellita. Siempre que la veían, se deshacían en piropos y cumplidos hacia ella. Estrellita, sin embargo estaba triste. Cuando salía a la superficie del mar y contemplaba las estrellas del cielo, deseaba fervientemente ser una de ellas, olvidando lo hermosa que era.
–Estrellita, nada tienes que envidiar a tus hermanas del cielo –le decía un pez-espada. Tu belleza es tan deslumbrante como la de ellas.
Aunque ella agradecía la frase, suspiraba y seguía recreándose en su tristeza y en la contemplación del cielo.
Un día, Estrellita soñó que era una estrella del Universo. Veía a sus hermanas lejos, muy lejos y, aunque intentaba hablar con ellas, sabía que la distancia se lo impedía. Por eso despedía un brillo tan intenso, ya que la luz era su única forma de comunicarse con sus hermanas.
Al despertar Estrellita, comprendió el sentido de su sueño. Nadie puede sentirse satisfecho, si envidia las cualidades de otros seres u objetos. Es mejor conformarse con lo que uno tiene, pues todos somos iguales a los ojos de Dios.

El Tiburón y los Peces 


Un día los peces nadaban feliz mente, cuando de repente pasa Tiburón.
-¡Nuestro amigo tiburón! Gritó el grupo de peces, pero tiburón no se veía feliz:- Snif, snif estoy triste porque me hacen burla por ser vegetariano.
Y los peces dijeron:–pero Tiburón que tiene de malo mira, allá están vamos a hablar con ellos.
Pero Tiburón no se rindió :-¡oigan no tiene nada que ver que sea vegetariano, él come lo que quiera.
-Es verdad, dijeron los peces, pero los tiburones no estaban de acuerdo.
-Tienes que ser carnívoro.
-¿Por qué?
-Porque si.
-No hagas caso tiburón, dijieron los peces.
-Es verdad.

Moraleja:

No hagas caso a personas que molestan, pero lo más importante es que seas tú mismo.



LA BALLENA PRESUMIDA

Fábula: La Ballena presumida

Se cuenta que hubo una vez una ballena tan hermosa y perfecta, que todos aquellos que la observaban quedaban cautivados con sus gráciles movimientos y con el brillo de su escurridiza piel. Era tal la sensación que provocaba en los demás seres vivos, que no dudaban en regalarla alabanzas y palabras bonitas, haciendo con ello, y sin querer, que la ballena fuese cada vez más y más presumida y pagada de sí misma.
Aquella ballena se pasaba medio día frente a su espejo en el fondo del mar, y la otra media arreglándose las barbas en la superficie, ignorando a cuantos se acercaban a ella educadamente tan solo para agradarla. Tan coqueta se volvió la ballena, que fue agriando cada vez más su carácter, adquiriendo una soberbia y un orgullo poco adecuado para convivir con los demás…:
  • Soy el ser más precioso del mar. ¡La ballena más elegante, bella y refinada que jamás se ha visto! Soy el ser más precioso del mar…- Repetía una y otra vez la ballena presumida a modo de cancioncilla.
De este modo, la ballena se alejaba cada vez más del resto del mundo, aislándose en su propio planeta lleno de egoísmo y arrogancia. Y así transcurrían los días plácidos de la ballena, hasta que un día, tuvo la mala suerte de toparse con unos pescadores desalmados que no dudaron en tender sus redes sobre ella. Tan grande era la red y tan fuerte la forma en que la ballena infravaloraba a todo el mundo, que sin ninguna dificultad consiguieron atraparla en su red. Qué asustada se veía a la ballena, que a pesar de su gran cuerpo, era incapaz de buscar la forma de zafarse de ella… Afortunadamente, todos aquellos seres vivos que la admiraban y la regalaban palabras bonitas cada día, fueron testigos de su captura y, sin dudarlo, se abalanzaron sobre la red hasta destrozarla y conseguir liberarla.
La ballena quedó muy agradecida con la actitud de todos sus vecinos y aquello le sirvió para aprender a querer y para respetarlos a todos, olvidándose de los peligros del egoísmo, del orgullo y del desprecio.
La Fábula de el Atún y el Delfín 
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Una vez en el mar, un atún huía con gran estrépito de un delfín que lo quería devorar y cuando estaba a punto de ser atrapado, la fuerza de su salto lo llevó sin querer a la orilla de la playa.

Mientras que el delfín, llevado por el mismo impulso, terminó también en el mismo sitio.

El atún que estaba tirado sobre la tierra, se dió vuelta viendo al delfín que también estaba en su misma condición y exhalando su último suspiro, le dijo:

Moraleja de la fábula de el Atún y el Delfín:

"No me importa morir, ya que de todos modos, veré morir al causante de mi muerte." 

El Pez y el Delfín

 

El Atún y el Delfín fábula con moraleja de Esopo
Había una vez un pez que vivía en lo más profundo del mar y quería ser como un delfín que era muy famoso. Un día pasó que el pez deseó tanto ser ese delfín que se convirtió en él y el delfín en ese pez, hasta que se conocieron y se presentaron, el delfín le dijo el pez:
-¡Apresúrate!, tienes que presentarte a un concierto en veinte minutos.
– No, ¡no puedo hacerlo! Le respondió el pez. Luego pasaron dos semanas de solo conciertos y el pez se decía: ¡Estoy harto de estos conciertos! Y de pronto apareció una sirena y le dijo:
- Hola me llamo Peselia y tengo magia.
- Necesito tu ayuda, quiero volver a volver a ser un pez. Le dijo a la sirena.
- ¡Bueno!, si eso es lo que quieres. Le dijo la sirena, el pez se transformó pero aún quería ser el delfín.
Moraleja: “No quieras ser como otras personas y sé tu mismo”

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